Damas de Honor

EL VESTIDO DE NOVIA

El vestido es una elección que puede resultar sencilla o muy complicada. Desde pequeñas todas hemos soñado con caminar con el vestido blanco, ya sea por el pasillo del Altar o por una alfombra roja directo a nuestro príncipe azul. Lo mejor es buscar muchas revistas, ver imágenes por Internet o quizás inspirarnos en el vestido de nuestras madres, alguna amiga o una película de amor.

En esta tarea podemos pedir ayuda a nuestras DAMAS DE HONOR, quienes seguramente aportarán su visión y sabrán hablarnos con sinceridad, porque debemos ser conscientes que por mucho que nos guste un vestido, quizá no sea el apropiado para nosotras, ya sea por la contextura física, el corte del vestido, el escote o simplemente el color. Asesorarnos con una modista amiga o si se puede con una Asesora de Imagen, podrá facilitarnos la tarea de hallar EL vestido de Novia.

MIS DAMAS DE HONOR

Cuando tomamos la decisión de casarnos con Fran, obviamente me surgieron millones de ideas y tenía ganas de hacer de todo, pero claro está que no se puede. 

Fue así como elegí a mis Damas de Honor en diferentes etapas.

Las primeras de la lista, fueron mis hermanas Victoria y Julieta, dos seres maravillosos a quienes amo y no pueden faltar a mi lado ese día. Luego mis testigos, Karina Dal Pozzo, amiga desde 1er grado de la primaria, hace más de 25 años, y Lorena Sánchez Magariños, amiga de la secundaria y de la vida, quien me ha acompañado en muchísimos de los momentos más significativos de mi vida. Cuando le propuse a Karina Janicha ser mi Dama de Honor se puso tan feliz que de ese modo reafirmé el pedido, porque eso mismo es lo que necesito: entusiasmo, ganas, alegría, confidencialidad, respeto, compañerismo y amistad, y ella me brinda todo eso. La propuesta siguiente fue para Romina Deguer, otro ser especial, quien me ayudó mucho y confió mucho en mis talentos manuales impulsando mi lado artístico, valorando y apoyándome en muchos momentos, indudablemente, una gran amiga infaltable a la hora de aportar ideas para mi casamiento. Paula Lema, amiga desde los 8 años, a quien reencontré 18 años después de terminar el colegio y quien se transformó en una amiga confidente y fiel, añadiendo su gran talento, sumamente significativo. Completando el fabuloso staff (jeje) están Natalia Lazaro, amiga desde 1er año del colegio secundario, amiga con quien pasamos todas: buenas, malas, cercanías y distancias y la vida nos encuentra amigas madres... una de las amistades más fuertes porque realmente ha pasado por muchas instancias... Y Gabriela Tassara, mi hermana elegida, una amiga de fierro, fiel, una gran persona que jamás cuestionó ninguno de mis actos, por buenos o malos que hayan sido... Todas, todas, personas muuuuuy importantes en mi vida! Las adoroooo!!!!
Laura Lencina, un ser muy especial, que se topó en mi camino en un momento clave y con quien compartimos muchas cosas en común, en tiempo una de mis amigas nuevas, pero en calidad, una de las mejores. Finalmente, la diosa de la buena onda, Alicia Lopez, una personita llena de luz, de energía y de un espíritu guerrero y alegre. Una gran amiga, fiel e incondicional. Gracias a la vida por tenerlas conmigo.

Todas significan mucho para mí. Todas y cada una de ellas han estado en diferentes situaciones y etapas de mi vida, por lo que me parecieron las más apropiadas para compartir el paso a paso de toda la organización. Con ellas, consulto todo. Todas aportan sus ideas, sus sugerencias, van conociendo los detalles más íntimos, porque así lo siento. Desde ya, estoy enormemente agradecida desde que me dieron el sí (jeje).

Organizar un casamiento, lleva mucho tiempo, ganas, esfuerzo y plata. Lo importante es poder ir disfrutando de la preparación para que el goce a la hora de festejar sea distendido y 100% natural.